Los fans del realizador, productor y guionista Walter Hill están de enhorabuena. El 6 de diciembre de 2023 la editorial Dark Horse Books publicó en EEUU la novela gráfica Cain. Cuarta aventura ilustrada del cineasta, primera editada en su tierra natal, que parte de un guion y una historia suya, como puede reconocerse inmediatamente.

Caín es, como Roy Nash o Frank Kitchen, otros personajes de viñetas ideados por el cineasta de Long Beach, un asesino a sueldo, con la peculiaridad de que es invidente, y está especializado en acabar con seres despreciables. Disfruta con ello. Gánsteres, políticos corruptos y traficantes de niñas extraídas de África con el mero propósito de complacer a los depravados que pagan sumas astronómicas (en lo que sería el último eslabón del proceso colonizador del continente negro), caen como moscas ante sus implacables pistolas automáticas que escupen muerte a raudales.

Entre maletines de dinero y certeros disparos en la oscuridad, el asesino de vez en cuando se decanta por reestablecer un poco de orden y de justicia en el universo, aunque tales decisiones no constituyan beneficios económicos. Para caer encima de su objetivo, y de cualquier sicario que se interponga, Caín aprovecha siempre el factor sorpresa, que normalmente, como dice, suele imponerse. Siempre que puede, conduce a sus enemigos a la oscuridad. «… Once you’re in the dark, I’m the boss», afirma su reflexiva voz fuera de campo, un recurso que Hill maneja como pocos.

El hitman es un adicto al sexo, circunstancia que explica afirmando que siempre ha sido tremendamente atractivo para las mujeres. Viaja por diferentes lugares del planeta. En Macao, a la que considera la réplica de Las Vegas de Hong Kong, le vemos actuar por vez primera, en una secuencia que constituye todo un homenaje a la coreografiada acción del realizador hongkonés John Woo; París y su barrio latino en el quinto distrito, sirve al propósito de conocer a Garance, una prostituta de alto nivel y al expolicía español Esteban, que conocen muy bien el submundo del vicio y del hampa parisino y donde el personaje decide acabar con un pervertido pez gordo cuya muerte es noticia televisada; en Madrid, después de una aburrida sesión museística, toma la decisión de ir a la polémica calle Montera, la famosa perpendicular de la Gran Vía hacia la Puerta del Sol, y llevar a cabo uno de sus actos de justicia poética, liberando a una prostituta natural de Málaga de las garras de su violento chulo madrileño.

Entre sus actividades hedonistas, como el legendario personaje Wild Bill Hickok, en el filme de Hill de 1994, el (anti) héroe acude a su antro favorito en China, para fumar opio en pipa, experimentando viajes sensoriales, en lo que llama “enviarse a sí mismo a la cuarta dimensión”.

La ceguera de Caín no constituye un problema, ni una discapacidad para desenvolverse, puesto que posee una importante habilidad sensorial. El sonido que desprende el movimiento de los cuerpos, dibuja en su mente la silueta de las personas que suelen agitarse a su alrededor. Caín es imbatible en la lucha cuerpo a cuerpo igualmente, gracias al entrenamiento de la agente de la CIA Eva, que lo sacó de un orfanato y lo formó en el arte de la guerra. Todos estos factores aparecen en la construcción del personaje entremezclados con cierta integridad en el camino que el héroe emprende, honestidad tan del agrado del realizador y guionista californiano en sus historias.

PASIÓN POR EL CÓMIC

La pasión de Walter Hill por la novela gráfica, es de sobras conocida y se remonta a su niñez. Fue un niño asmático, lo que hizo que pasase mucho tiempo solo, sin ir a la escuela. En esa época devoraba las historietas y tebeos que caían en sus manos (desde Flash Gordon a Roy Rogers), como también aquellas películas que forjaron su propio imaginario, como La Diligencia (Stagecoach, EEUU, 1939), de John Ford o El Último refugio (High Sierra, EEUU, 1941), de Raoul Walsh, probablemente su realizador clásico preferido. A Walsh le dedica el guion de La Huida (The Gateway, EEUU, 1972), de Sam Peckinpah. Por supuesto, también las grandes novelas de la literatura universal, con Borges, Homero y Hemingway (especialmente sus lacónicos relatos cortos), a la cabeza, hicieron acto de presencia en la imaginativa mente de Hill en su infancia y primera juventud. Todas estas expresiones artísticas, abrieron la mente del cineasta a diferentes niveles y maneras de contar sus propias historias, que reflejan siempre la pureza de sus gustos infantiles, que se mantienen asombrosamente intactos superados los 80 años de edad.

IMÁGENES CON AROMA DE VIÑETA

Esa específica pasión de Walter Hill por el lenguaje del cómic, permanece perfectamente expuesta en algunas muestras de su cine, sin demasiado esfuerzo. La estética de The Warriors, los Amos de la Noche (The Warriors, EEUU, 1979), especialmente en el montaje de 2009, donde aparece una introducción en imágenes de viñetas (que sirven soporte de la voz del propio realizador, explicando el paralelismo de la historia que se va a contar con el Anábasis de Jenofonte). A lo largo del filme, otras siete imágenes estáticas dibujadas, componen otros tantos paneles ilustrados, que dan el paso de unas secuencias a otras. Estas nuevas ideas, incorporadas como decimos, en 2009 al filme de 1979 no deja mucho margen para la duda en torno al gusto de su realizador por la novela gráfica. Los efectos transicionales que pueden verse en algunos instantes de Calles de fuego (Streets of fire, EEUU, 1984), creando la sensación de aceleración al ya de por sí frenético ritmo, también arrojan algunas evidencias de esa pasión. El Último hombre (Last man standing, EEUU, 1997), dialoga directamente con el conciso “idioma” de la viñeta, como lo demuestran ciertas similitudes temáticas y de ubicación histórica de este filme con el cómic Balas Perdidas.

En el filme Dulce Venganza (The assignment, EEUU, 2016), Hill repitió la idea que hace valer en la versión de The Warriors de 2009 de incluir los citados paneles de cómic, que enlazan el final de unas imágenes con el comienzo de otras. También tomo una decisión sumamente interesante y enriquecedora. El cineasta decidió que este filme de 2016 dialogaría con una versión en formato de novela gráfica. Su filme Una bala en la cabeza (Bullet to the head, EEUU, 2013), constituye, por otra parte, la adaptación al cine del cómic de Wilson y Alexis Nolent (más conocido como Matz), del mismo título. Hill conoció a Nolent durante la promoción del filme de 2013 en Nueva Orleans. Fruto de ese encuentro surgió una amistad y una colaboración profesional fructífera, que ha dado la realización de tres comics, algunos ya mencionados para la editorial francesa Rue de Sèvres.

LAS TRES HISTORIAS TRANSFORMADAS EN VIÑETAS PARA LA EDITORIAL FRANCESA RUE DE SÈVRES

Balas Perdidas nos presenta a Roy Nash, un asesino a sueldo en los tiempos de la ley seca, al que sacan de una prisión en Illinois donde cumple cadena perpetua, para que encuentre un botín de la mafia que fue robado por tres delincuentes de poca monta. Terminan de convencerlo cuando le cuentan que el amor de su vida, respecto de quien lleva una fotografía en su reloj de bolsillo, está con uno de ellos.

Este cómic se editó en EEUU por la editorial Titan Books, en una edición que contiene unas imágenes de marcado tono pulp, más propio de la época en que transcurre, que permanecen inéditas en otros mercados. En España, Norma editorial realizó una meritoria edición en tapa dura, que incluye una breve entrevista con el realizador.

Cuerpos y Almas, constituye, como se ha dicho, una versión con algunas interesantes variaciones respecto al filme Dulce Venganza, que cuenta la historia del asesino por dinero Frank Kitchen, que sufre un cambio de sexo contra su voluntad, como venganza de una doctora un poco desequilibrada que ha perdido a su hermano, exterminado por el hitman. El cómic explora de una manera diferente al filme aspectos como el cambio de sexo del protagonista, o su relación con la joven enfermera, aunque en el fondo sea una historia contada al viejo estilo: asesinos, gánsteres, disparos, humo de tabaco, venganzas, intereses económicos y dilemas que ponen a prueba la integridad del protagonista. Esta sensacional obra también ha sido editada en España por Norma editorial.

Le Spécimen, por su parte, constituye una trama de ciencia ficción ambientada en el nevado paraje de Siberia, cuya protagonista es la doctora Irina Danko. Salvando las distancias, comparte con el filme La Cosa, el Enigma de otro Mundo (The Thing, EEUU, 1982), de John Carpenter, así como con el clásico film original, El Enigma de Otro mundo (The Thing, EEUU, 1951) de Christian Nyby y Howard Hawks, el desolador paraje nevado, en un entorno edificado aislado, y una trama de ciencia ficción con criatura, aunque esta vez no lo sea de apariencia monstruosa. Como elemento diferenciador, la trama se completa con algunos saltos en el tiempo y espacio a otras épocas, como Europa Central, en 1880, París en 1840, Berlín, 1928, o Roma en el Siglo I antes de Cristo. Por el momento este interesante trabajo del californiano en un género como el de ciencia ficción, tan poco transitado por él, si excluimos su contribución a la saga Alien, y su participación sin acreditar en Supernova (El fin del universo) (Supernova, EEUU, 2000), de Thomas Lee, no está editado en ninguna parte, salvo en el mercado francés.

EL FACTOR SORPRESA SUELE IMPONERSE

La cuarta obra de Walter Hill para el medio, constituye, como decíamos, el debut editorial a su país después de sus tres aventuras francesas. Se le abre de par en par Dark Horse Comics, productora independiente, autónoma, fundada en 1986 por Mike Richardson, pero de gran peso en la publicación ilustrada. La firma posee una trayectoria enormemente personal en el mundo de la imagen de papel, frente a las todopoderosas Marvel y DC. Super héroes como Hellboy, creación de Mike Mignola, novelas gráficas como las de Sin City, de Frank Miller, cómics que exploran sagas fílmicas como la de Alien, Predator, Terminator, o la serie de Netflix Stranger Things, configuran una parte importante de su legado.

En 1992 se creó Dark Horse Entertainment para producir films principalmente basados en sus cómics, e intervienen en el desarrollo de los dos films de Hellboy dirigidos por Guillermo del Toro, así como en los dos filmes crossover de las sagas de Alien y Predator. En 2004 aparece DH Press con una gama de novelización de sus cómics más populares.

Pues bien, el inmenso trabajo que Dark Horse ha puesto en circulación en EEUU a finales del año 2023, crea una alianza entre Hill y el guionista Mike Benson, autor de otras obras gráficas en torno a superhéroes como Punisher, Luke Cage, Lobezno o Moon Knight y para televisión en shows como Big Wolf on Campus o Entourage. Caín pone igualmente en contacto al cineasta de Long Beach con dos artistas españoles afincados en el mercado estadounidense. Nacido en Valladolid, el ilustrador Beni R Lobel, es autor de precuelas gráficas de films como After Earth o Avatar. Su estilo entre claroscuro y realista puede verse en la portada del cómic, que es creación suya. El nombre del protagonista, que contiene numerosos agujeros de balas, transita en la entre la luz rosada del neón de caracteres chinos y la oscuridad plena, hacia la derecha de la portada. La silueta del protagonista, en color verdoso (fruto del reflejo de una luz fuera de campo), portando una de sus automáticas, recorre de izquierda a derecha la cubierta, en paralelo a su nombre.

El diseñador y colorista también español, Jordi Escuin Llorach, formado en la Escuela superior de diseño y arte Llotja, también participa en la creación de este cómic decidiendo las gamas de color en las imágenes.

Finalmente, tenemos en la creación de Caín al rotulista de novelas gráficas y también guionista, Frank Cvetkovic, el quinto nombre esencial en la autoría de este ejemplar gráfico, encargado del diseño, tamaño y ubicación de las letras con las imágenes. Un perfecto ejemplo de la admirable coordinación de los artistas mencionados y de su manera de actuar como punta de lanza, puede comprobarse en el inolvidable segmento de la historia que transcurre en París. Comienza con la imagen de Garance sentada en un taburete, con vestido corto y las piernas cruzadas, de espaldas a la barra mirando a Caín (sentado en una mesa, bebiendo y provisto de sus gafas de sol) en un bar-restaurante del barrio latino parisino, hasta la estación de Gare Du Nord, donde el personaje tomará el tren de alta velocidad con destino a España. La set piece ilustrada, se construye visualmente con un imaginativo crisol de tonos de color y de variaciones de lenguaje, que van desde una aparentemente banal conversación, a la ilustración del pensamiento del personaje central, a una pasarela de moda, la desenfrenada acción física, o la sodomía sexual que la prostituta de alto standing está dispuesta a proporcionar a sus clientes. Un marcado claro oscuro que parece salido de un lienzo de Caravaggio, reina en la textura de las viñetas en este inmejorable segmento.

EL SENDERO DEL HÉROE HACIA EL PANTEÓN

El trayecto que propone la historia creada por Walter Hill para Dark Horse constituye, en definitiva, un relato de estética noir, donde se fuma y se bebe a raudales, se practica el sexo sin grandes dilemas, y donde nos reencontramos con personajes tremendamente duros frente a las mayores vulnerabilidades esgrimidas por algunos personajes que caen como hojas perenes. Aspectos como la violencia, la lealtad y la traición, y por supuesto la muerte, se dan cita a raudales en un relato que se construye en algunos aspectos como un canto a la nostalgia, aderezado con aromas de los grandes géneros, como el western o el thriller. Inevitable resulta durante la lectura, pensar en personajes como Daredevil, el abogado ciego protagonista de sus propias series de cómics Marvel, y en particular en su versión guionizada por Frank Miller (personaje también llevado al cine y la televisión), o en el asesino invidente que trabaja para la “Alta mesa”, en John Wick 4 (EEUU, 2023), de Chad Stahelski, que se llama Caine, y que está interpretado por Donnie Yen, uno de los actores y artistas marciales asiáticos más populares de todos los tiempos. Sin embargo, la personalidad del californiano Walter Hill delimita y conduce a su personaje a su glorioso y personal panteón de héroes íntegros y de una pieza, donde compartirá palco con personajes como el conductor, el mercenario Tom Cody, el pandillero Swann, el atracador Johnny Sedley o el asesino John Smith, entre otros.

Caín, en definitiva, encaja de una manera muy consecuente en el universo de tipos duros, enfrentados a importantes encrucijadas morales. No hay más que ver las decisiones que el personaje invidente toma respecto a la joven asiática Noi Tran (un alma perdida que ha desistido de toda esperanza), a quien, primero rescata a tiros, pero luego debe devolverla a la triada (la mafia china), porque, como la joven le ha dicho al protagonista, matarán a su familia en Vietnam si no lo regresa. Otro rescate tiene lugar en Los Ángeles. En este caso el de Carmen, una joven latina, novia del jefe de una banda callejera llamada Calle León, oriunda del barrio multicultural de Boyle Heights, cuyo líder contrata a Caín para su rescate, al estar prisionera en manos de un cartel de Culiacán, como consecuencia de una disputa territorial y de porcentajes.

Los textos de Caín son, como siempre en su autor, parcos, sobrios, sencillos, que no simples, lacónicos, directos y muy contundentes a la hora de lanzar ideas sobre el personaje central y sus reflexiones, así como respecto a la crucial toma de decisiones, en un mundo donde la violencia impera. En la construcción de la voz en off, que como siempre transmiten el desencanto del héroe, en el uso espartano de las palabras, cargadas de ironía y de mucha contundencia, o en la integración de la acción con la personalidad de su protagonista, llama la atención como Hill se mantiene intacto, como decimos, desde los ya lejanos tiempos en los que ideó sus primeros guiones, allá por finales de los años 60.

Caín, de Walter Hill y Mike Benson. Dark Horse Comics
Caín, de Walter Hill y Mike Benson. Dark Horse Comics

CONTINUARÁ…

El universo de este asesino ciego que tiene la habilidad de sentir el mundo a su alrededor, trasciende a un solo volumen. La historia claramente continúa más allá del final de las páginas. Esto ocurre por primera vez en la carrera del cineasta como guionista de cómics. Las tres historias anteriores publicadas en Francia, son conclusivas. La moda editorial actual, de publicar las historias para el medio entre dos y tres volúmenes, de alguna manera, obligan. En cualquier caso, las historias largas, que expanden el universo de su protagonista, constituyen toda una novedad en la manera del realizador de concebir las historias, que siempre tienden a la contención y brevedad.

En esta línea, la lectura de la novela gráfica de Walter Hill publicada por Dark Horse Books constituye un todo un deleite sensorial, que despierta todo un componente de evocación y nostalgia por las historias de género, y convierte la lectura de las imágenes más recientes concebidas por el veterano artista, en toda una experiencia de lo más apasionante.

Caín, de Walter Hill y Mike Benson. Dark Horse Comics
Caín, de Walter Hill y Mike Benson. Dark Horse Comics

Leer versión en inglés de este artículo de Manuel García de Mesa: WALTER HILL: CAIN: Once you’re in the dark… I’m the boss