JCVD
Publicado: Lun Nov 10, 2008 17:17
Me enteré de ella en el Festival de Sitges de 2008 como una película de Jean Claude Van-Dame interpretándose así mismo en una trama de atracos, entre acción y humor, situado en su Bélgica natal. La idea era cuanto menos curiosa tratándose de él y yo me imaginaba una especie de El Último Gran Héroe pero en cutre. La idea que tuve desapareció nada más ver la sencilla carátula de la película. Vemos a Jean Claude Van-Dame como un hombre bastante mayor, demacrado, hecho polvo, en un escenario oscuro como una sala de interrogatorios y mirándonos como si fuera a confesarnos algo. No pude verla en el festival pero si en el único cine de Barcelona donde la ponían y en VOSE (Lo cual se agradece si queremos escuchar a Van-Dame en su interpretación más visceral) y salí del cine con una sensación un tanto agridulce pero agradable. No es que sea una película para tirar cohetes, ni siquiera es la mejor película de Jean Claude Van-Dame (Se entiende como tal, una película de acción) pero es, sin duda, la más sorprendente y arriesgada en que este actor se ha involucrado bien por desesperación o bien por valentía.
La idea de que un actor de cine de acción se interprete a si mismo no es algo para nada nuevo, ni mucho menos, Arnold Schwarzenneger lo hizo en la mencionada ?El último gran héroe?, Steven Seagal, Chuck Norris o Silvester Stallone incluso el propio Van-Dame ya hizo de si mismo en un cameo para la serie ?Friends? si mal no recuerdo? la diferencia radica en que este actor es bastante más sincero y arriesgado a la hora de encarnar su personaje/persona. Vemos a su JCVD más o menos como es él en realidad, un actor de segunda en decadencia, con dudas, preocupaciones y miedos, con crisis emocionales y económicas, arrastrando un problema de drogas y apareciendo en subproductos para videoclub mientras se enfrenta a problemas judiciales y familiares, pero ante todo, vemos a un ser humano que ha tenido fama y que ahora tiene que enfrentarse a su propio descenso a un infierno personal.
Pero tranquilos, no os entristezcáis u os preocupéis (u os alegréis) por el contenido dramático descrito en el párrafo anterior. Ya que la película en si es más bien de humor o mejor dicho, Jean Claude Van-Dame se toma con humor, filosofía y valor a si mismo y su experiencias traumáticas lo cual ya es loable, tambien hay que tener en cuenta que no es biopic sino un falso biopic con algo de realidad. Del argumento de JCVD no es más que una especie de remake inconfeso o a lo turco de ?Tarde de Perros? (hasta uno de los atracadores es clavado a John Cazale) lo cual puede llegar a cansar como cansaba la sobrevalorada película original de Al Pacino con la situación de atraco, rehenes, el público animando al criminal y riéndose de las fuerzas del orden y negociaciones en llamadas telefónicas. La variedad (y lo que de verdad importa) es que está Jean Claude Van-Dame haciéndose de si mismo involucrado en el caso pues la policía cree que él es el atracador cuando no es más que un rehén más y los verdaderos atracadores le usan como comodín para salir del apuro.
Se alterna realidad y ficción, se pone a caldo lo que sabemos de JCVD como actor, personaje y persona, pero sin despertar morbosidad alguna, con golpes de humor e ironía. Su actuación es, por una vez fuera de dudas, brutal y descarnada, con la cámara retratando al detalle su expresividad muchas veces criticada por su ausencia en películas anteriores, creando un efecto como revelador o al menos sorprendente. Divertido a la par de revelador verle discutir con su agente en su oficina o con una taxista belga la mar de antipática. Que grande verle perder en el juicio por la custodia de su hija o tratando de calmar a los atracadores, o cuando aparecen sus padres, o pasando miedo cuando le apuntan con un arma? pero ante todo grande la escena del clímax (diría que el principal reclamo de la película) en que se hace un paréntesis en la trama, Jean Claude Van-Dame ?flota? hasta salir del estudio, nos mira a nosotros y suelta un monólogo de cinco minutos o más, al parecer totalmente improvisado, en el que da igual si le entiendes o no, te emociona o te deja pasmado, pues cuenta algunas inquietudes, algunos pensamientos suyos o recuerdos, de cómo quiso llegar a la fama, de lo que le destruyó meterse en las drogas, su relación con las mujeres, de lo que siente por la gente pobre, de? en fin, para verlo y escucharlo con esa cara consumida, con una sonrisa fatalista y luego llorando de desesperación. Ojo, sin dejar de encarnar al JCVD de la película pero dando a entender que es una confesión encubierta de su persona. Totalmente apoteósico.
Viéndolo, empiezo a echar de menos la época dorada de las películas de acción de antaño, de testosterona pura, de pura diversión, con actores/personajes que nos hacía decir ¡Quiero ser como él! Viéndolo uno se da cuenta, empieza a descubrir o se reafirma de que Jean Claude Van-Dame es un personaje carismático, realmente entrañable, que hizo películas no mirando de que sean buenas o malas, sino divertidas y con su sello, hecha para gente que le gusta el sub-género de acción y artes marciales al que pertenece. Películas que a la larga se hacen entrañables como Cyborg, Contacto sangriento, Timecop, Doble Impacto o Kickboxing. Y que ahora, rondando ya la cincuentena, con la llegada de una nueva generación de estrellas de acción (la mayoría sosos), tiene que sobrevivir de la manera que pueda en el mercado pero viéndolo a pocos le cabrá duda alguna de su carisma y su gran personalidad.
En definitiva está película queda como una suerte de experimento de un tal Mabrouk El Mechri, desconocido pero muy fan del actor, que juega con la realidad y ficción, donde se alza la figura de un actor y un personaje que ha mostrado valor, honestidad y sentido del humor y no por la egolatría o la arrogancia como esperaríamos de muchos otros. Jean Claude Van-Dame ya lleva tiempo intentando superar sus limitadas capacidades como actor, y en esta película se sale. ¿Recuperará público? ¿Se ganará el respeto que se merece? ¿transcenderá esta película de alguna forma? Ojala, le deseo, que como otros actores que han estado de capa caída cercanos o entrando ya en la madurez sea reclamado en pequeñas grandes películas como acabó Ruget Hauer, Mickey Rourke o Charles Bronson y sonriamos al verle en pantalla grande diciendo ?Mira ahí está Jean Claude Van-Dame?
