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Pues se nos va con 69 años la actriz canadiense Margaret Ruth Kidder, a la que todo el mundo recordará para siempre por su papel de Lois Lane en Superman (1978) y sus secuelas sucesivas. Siempre me parecerá curioso su caso, la señora ya entonces no es que gozara de un físico y una belleza espectaculares, era normalita, desde luego no creo que muchos la consideraran la primera opción para el papel de La Chica en una película de superhéroes. Sin embargo le bastó su carisma y carácter no solo para conquista el corazón del kryptoniano sino el de todos los que la ven en pantalla. Fuera de los brazos de Clark Kent no tuvo una carrera demasiado sonada entonces, apareció varios thriller y peliculas de terror como la primera entrega de la saga Amityville, Payaso a Medianoche o Navidades Negras. Puso voz a varios personajes de dibujos animados como The Phantom 2040 o Capitán Planeta y apareció en series como Más allá del límite, Se ha escrito un crimen...y por supuesto, como no, en Smallville. Una de sus ultimas apariciones en nuestro género fue en la secuela de Halloween dirigida por Rob Zombie. A saber, era una persona simpática que no tuvo reparos en elogiar a las que la revelaron en su eterno papel como la reciente Amy Adams. En fin, ahora podrá volver a volar con Christopher Reeves. Descanse en Paz.

Me enteré casi en tiempo real de su fallecimiento, una lástima. La mujer además parece que llevaba unos años (por lo menos desde los 90) con ciertos problemas del coco además, rollo delirium tremens en los que desaparecía durante días al sentirse perseguida. Sin embargo tuvo que mejorar, porque en efecto hizo sus cosillas aquí y allá; no recordaba que en efecto fue una de las protagonistas del primer Amityville junto con James Brolin, y es que su Lois Lane aún a día de hoy eclipsa a todas las que han venido desde entonces, que si, habrán sido más guapas, pero no han tenido su desparpajo ni por asomo. Descanse en paz, otra que puede marcharse tranquila de lo que deja tras de si.

Pues es triste, pero si ella decidió que ya había tenido bastante, pues era su decisión, como pasó con Robin Williams, que le hecho un buen par de cojones antes de no poder evitar ser una carga para sus seres queridos. Descanse en paz.